Los miedos y Mimulus

MIMULUS

Mucho se habla de los miedos, ellos se han instalado en nuestra forma de vida, acarreando algunas veces una inmovilidad difícil de superar.

No siempre es una emoción negativa, ya que el miedo es natural, y estando equilibrado es una herramienta útil para la supervivencia. Pero desequilibrado, o exagerado y desproporcionado, juega en contra, y nos impide desarrollarnos y evolucionar.

El miedo normal nos lleva a tomar determinadas precauciones útiles para nuestro bienestar, en cambio, el miedo en desequilibrio nos lleva a coartarnos a nosotros mismos en todas nuestras posibilidades.

Para estos casos, contamos con la gran ayuda de Mimulus.

Nos dice el Dr. Bach de Mimulus:

“Para el miedo a las cosas del mundo, tales como la enfermedad, el dolor, los accidentes, la pobreza, la oscuridad, la soledad, las desgracias. Los temores de la vida cotidiana. Estas personas soportan en silencio y secretamente sus miedos, sin hablarlos libremente con los demás”.

Y en su libro “Cúrese a Ud. mismo”, se expresa así acerca del miedo en nuestra era:

“ En la era materialista, el miedo aumenta naturalmente con las posesiones terrenas (ya sea del propio cuerpo o riquezas externas), puesto que si tales cosas son nuestro mundo, al ser tan pasajeras, tan difíciles de lograr y tan imposibles de conservar, excepto lo que dura un suspiro, provocan en nosotros la más absoluta ansiedad, no sea que perdamos la oportunidad de conseguirlas, y necesariamente hemos de vivir en un estado constante de miedo, consciente o subconsciente, puesto que en nuestro fuero interno sabemos que en cualquier momento nos pueden arrebatar esas posesiones y que lo más que podemos conservarlas es una breve vida.

En esta era, el miedo a la enfermedad ha aumentado hasta convertirse en un gran poder de dañar, puesto que abre las puertas a las cosas que tememos, y así éstas llegan más fácilmente. Ese miedo es en realidad un interés egoísta, pues cuando realmente estamos absortos en el bienestar de los demás no tenemos tiempo de sentir aprensión ante nuestras enfermedades personales. El miedo está actualmente desempeñando una importante labor de intensificación de la enfermedad…”

Entonces, no nos dejemos ganar por el miedo, que no nos impida desarrollarnos y alcanzar las metas marcadas por el alma.