Nota sobre el método para clasificar los remedios de las Flores de Bach
El sistema de las Flores de Bach, desarrollado por el Dr. Edward Bach, fue evolucionando a lo largo de su obra, y es fundamental comprender su enfoque final para utilizarlo de manera efectiva y fiel a su visión. En sus inicios, el Dr. Bach clasificó sus primeros remedios florales en un grupo al que llamó: los 12 curadores, vinculados a 12 tipos de personalidad; luego agrega los 7 ayudantes; y una última serie de 19 remedios. Sin embargo, esta clasificación fue modificada por el propio Dr. Bach, quien en la versión final de su obra, publicada en 1936, abandonó estas distinciones y presentó los 38 remedios como un sistema completo y unificado.
A pesar de esto, Bach y los editores de su libro decidieron mantener el título original de las primeras publicaciones «Los Doce Curadores y otros remedios» y añadieron asteriscos para señalar los primeros 12 remedios descubiertos, lo que ha generado cierta confusión. Es importante destacar que estos asteriscos no fueron incluidos por el Dr. Bach, sino por los editores, quienes buscaron preservar el título original. Sin embargo, el Centro Bach de Inglaterra ha enfatizado que no es relevante si un remedio es considerado «curador», «ayudante» o pertenece a la segunda serie. Lo único que importa es seleccionar los remedios que mejor se adapten a los estados anímicos, de personalidad y necesidades emocionales del momento, dentro de los 38 disponibles.
El Dr. Bach, poco antes de fallecer, escribió una carta en la que subrayó la importancia de mantener la simplicidad y la pureza de su método. Insistió en que el sistema debe ser utilizado sin adornos ni complicaciones, centrándose únicamente en la elección de los remedios que resuenen con el estado anímico-emocional y de personalidad actual. Este enfoque sencillo y directo es la esencia de su enseñanza.
Por lo tanto, si deseamos seguir el camino que el Dr. Bach quiso transmitir, es recomendable trabajar con el sistema finalizado de 1936, evitando mezclarlo con clasificaciones o ideas que él mismo abandonó. Debemos recordar que el objetivo principal es elegir los remedios que necesitamos hoy, sin preocuparnos por categorías o etiquetas que puedan distraernos de la simplicidad y efectividad del método.

Es importante destacar que existen otras escuelas y enfoques terapéuticos que han integrado las Flores de Bach dentro de sus propios marcos filosóficos, como lo son aquellas escuelas más cercanas a los arquetipos junguianos o las ideas de la antroposofía de Rudolf Steiner. Estas corrientes suelen clasificar los remedios en 12 curadores, 7 ayudantes y 19 restantes, basándose en concordancias con sus teorías y filosofías o nuevas interpretaciones. Si bien estas derivaciones son válidas y enriquecen el uso de las esencias florales, es fundamental reconocer que no forman parte del modelo puro y simple propuesto por el Dr. Bach.
En este sentido, si un terapeuta floral especializado en Flores de Bach se encuentra con que otras escuelas hablan de 12 curadores, 7 ayudantes y 19 remedios «más espiritualizados», esto no significa que su conocimiento sea inferior o incompleto. Simplemente refleja que existen enfoques no bachianos que adaptan la obra del Dr. Bach a otros marcos teóricos y terapéuticos. La obra de Bach es lo suficientemente versátil como para integrarse en diferentes filosofías, pero también es perfectamente aplicable en su forma más pura, tal como él lo enseñó.
En conclusión, para honrar la visión del Dr. Bach, lo más adecuado es utilizar el sistema completo de 38 remedios, centrándonos en la elección ya sea intuitiva o consciente de las esencias que mejor se adapten a nuestras necesidades emocionales, sin complicaciones innecesarias. Al mismo tiempo, es válido reconocer y respetar otros enfoques que, aunque no sean estrictamente bachianos, enriquecen el uso de las Flores de Bach desde perspectivas complementarias. Así, podremos mantener la pureza y el lustre de este maravilloso sistema de curación, sanación, y evolución, ya sea en su forma original o integrado en otros marcos terapéuticos.