¿Qué son las Técnicas Psico Homeopáticas de Bienestar? (TPH)

¿Qué son las Técnicas Psico Homeopáticas de Bienestar? (TPH)

Las TPH consisten en una integración de métodos terapéuticos que se basan en el conocimiento y aplicación  del principio metafísico de Polaridad a las emociones (ayudado por las Flores de Bach) y el conocimiento de las conductas grabadas como mandatos familiares negativos o patrones mentales negativos (ayudado con elementos terapéuticos de la Psicología Transaccional que nos permite el conocimiento de nuestro niño interior)
Es una Técnica breve, profunda y eficaz… con resultados positivos en pocas sesiones!!
En un primer Nivel, se logra beneficiarse a uno mismo con el conocimiento de sus Mandatos Familiares Negativos y su polarización a positivos (con las Flores de Bach). Un segundo Nivel consiste en la aplicación del Método a terceras personas desde un rol reconocido como Facilitador de Técnicas Psico Homeopáticas.

Emociones y Pensamientos

El Dr. Edward Bach nos ha legado mucho más que un sistema de medicamentos naturales. Nos da, a cada momento, la oportunidad de crecer desarrollando la virtud opuesta. Es indiscutible el poder de curación que poseen las flores por él seleccionadas, como también lo es la sencillez de la aplicación de dichas flores. Pero el Dr. Bach fue mucho más allá. No se conformó con su maravilloso descubrimiento, sino que profundizó en la causa de las desarmonías, buscando el origen y la solución permanente.

Emociones y Técnicas Psico Homeopáticas

Emociones y Técnicas Psico Homeopáticas

Y así llegó a los postulados básicos que configuran la base de su filosofía:

”…La enfermedad es, en esencia, el resultado de un conflicto entre el Alma y la Mente, y no se erradicará más que con un esfuerzo espiritual y mental. Estos esfuerzos, si se llevan a cabo adecuadamente, con entendimiento, como veremos más adelante, pueden curar y evitar la enfermedad al eliminar esos factores básicos que son su causa primaria.”

…hay dos errores fundamentales posibles: la disociación entre nuestra alma y nuestra personalidad, y la crueldad o el mal frente a los demás, pues ése es un pecado contra la Unidad. Cualquiera de estas dos cosas da lugar a un conflicto, que desemboca en la enfermedad. “

“…Las primeras enfermedades reales del hombre son defectos como el orgullo, la crueldad, el odio, el egoísmo, la ignorancia, la inestabilidad, y la codicia; y cada uno de estos defectos, tomado por separado, se verá que es adverso a la unidad. “

Cúrese a sí mismo”, Edward Bach

Estos breves párrafos pueden ser una llave hacia la armonía y la salud, tanto física como mental y espiritual.

Claro, no alcanza tener a la mano las Flores adecuadas para cada situación o para cada emoción desequilibrada. Ya bien lo dice Bach, se trata de realizar un esfuerzo espiritual y mental, con entendimiento.

Actualmente he notado una cierta tendencia a desprestigiar lo racional, a creer que “lo emocional” debe primar en todas nuestras acciones y pensamientos. Es decir, tendencia a “no pensar”. Y muchos de los que sostienen esta teoría, fundamentan sus exposiciones en las ideas del Dr. Bach, simplemente porque las Flores que él descubrió apuntan a lo emocional.

Incurren en un grave error, y distorsionan las magníficas enseñanzas de Bach. Las Flores sí son para ayudar a re-equilibrar emociones. Pero queda bien claro que para lograr la curación y erradicar la enfermedad, es necesario el esfuerzo mental con entendimiento, es decir con conocimiento y razonamiento. Y observemos que entre los defectos productores de conflicto, y por lo tanto de enfermedad, figura la ignorancia.

Entonces, consideremos los defectos enumerados que van contra la Unidad, y analicemos si incurrimos o no en ellos, y en qué medida. Cuando la situación esté aclarada, podremos, por un lado, ayudarnos con las Flores adecuadas, y por el otro, como también dice Bach, desarrollar, a conciencia, la virtud opuesta al defecto encontrado, logrando así que el defecto vaya progresivamente disminuyendo.

Los miedos y Mimulus

MIMULUS

Mucho se habla de los miedos, ellos se han instalado en nuestra forma de vida, acarreando algunas veces una inmovilidad difícil de superar.

No siempre es una emoción negativa, ya que el miedo es natural, y estando equilibrado es una herramienta útil para la supervivencia. Pero desequilibrado, o exagerado y desproporcionado, juega en contra, y nos impide desarrollarnos y evolucionar.

El miedo normal nos lleva a tomar determinadas precauciones útiles para nuestro bienestar, en cambio, el miedo en desequilibrio nos lleva a coartarnos a nosotros mismos en todas nuestras posibilidades.

Para estos casos, contamos con la gran ayuda de Mimulus.

Nos dice el Dr. Bach de Mimulus:

“Para el miedo a las cosas del mundo, tales como la enfermedad, el dolor, los accidentes, la pobreza, la oscuridad, la soledad, las desgracias. Los temores de la vida cotidiana. Estas personas soportan en silencio y secretamente sus miedos, sin hablarlos libremente con los demás”.

Y en su libro “Cúrese a Ud. mismo”, se expresa así acerca del miedo en nuestra era:

“ En la era materialista, el miedo aumenta naturalmente con las posesiones terrenas (ya sea del propio cuerpo o riquezas externas), puesto que si tales cosas son nuestro mundo, al ser tan pasajeras, tan difíciles de lograr y tan imposibles de conservar, excepto lo que dura un suspiro, provocan en nosotros la más absoluta ansiedad, no sea que perdamos la oportunidad de conseguirlas, y necesariamente hemos de vivir en un estado constante de miedo, consciente o subconsciente, puesto que en nuestro fuero interno sabemos que en cualquier momento nos pueden arrebatar esas posesiones y que lo más que podemos conservarlas es una breve vida.

En esta era, el miedo a la enfermedad ha aumentado hasta convertirse en un gran poder de dañar, puesto que abre las puertas a las cosas que tememos, y así éstas llegan más fácilmente. Ese miedo es en realidad un interés egoísta, pues cuando realmente estamos absortos en el bienestar de los demás no tenemos tiempo de sentir aprensión ante nuestras enfermedades personales. El miedo está actualmente desempeñando una importante labor de intensificación de la enfermedad…”

Entonces, no nos dejemos ganar por el miedo, que no nos impida desarrollarnos y alcanzar las metas marcadas por el alma.