El Arte del Terapeuta: Simpleza y Empatía

En el camino del terapeuta holístico, a menudo encontramos la tentación de profundizar excesivamente en las descripciones y análisis de algunas de las herramientas que utilizamos. En el caso de las flores de Bach, es fácil caer en el error de “complicar” su uso, olvidando que su verdadera magia reside en su sencillez. El Dr. Bach dedicó su vida a un sistema profundamente humano, centrado en la persona y enfocado no en venerar las flores, sino en aliviar el sufrimiento de quienes buscan sanación.

Bach intencionalmente no se centró en crear explicaciones complejas, sino en ofrecer un remedio directo y accesible para aquellos que sufren. El tiempo que dedicamos a elaborar complejas descripciones interpretativas de las flores podría invertirse en lo más esencial: escuchar al consultante de manera comprensiva. El arte del terapeuta no está en demostrar su superioridad complicando el proceso, sino en acompañar al paciente con presencia y atención plena desde una posición existencial Yo estoy Bien – Tú estás Bien. Si bien las descripciones poéticas que Bach dio a las flores facilitan la comprensión de su aplicación, su propósito no era exaltar las flores en sí mismas ni exaltar su propia persona o intentar distinguirse por sus conocimientos, sino mostrar la capacidad curativa efectiva de su sistema, en su forma más directa y sencilla.

En contraste, hoy en día vemos enfoques que “complican” el uso de las flores de Bach, con postulados que agregan capas de interpretación que, paradójicamente, no aportan al sistema para luego conducirnos hacia otros sistemas. Algunas veces, se utilizan explicaciones tan elaboradas que desvían nuestra atención del corazón del método. Y paradójicamente, al mismo tiempo que se complica la obra de Bach, se observa que algunos sistemas florales contemporáneos reducen sus descripciones a una sola “palabra clave”, una tendencia que también es un indicador de haber simplificado en exceso; pasando del extremo de complicar la obra de Bach al otro extremo de simplificar en una sola palabra clave las flores de otros sistemas.

Es importante reflexionar sobre cómo las interpretaciones complejas pueden alejarnos del núcleo mismo de la propuesta de Bach (que es una propuesta comprensiva y no interpretativa, propuesta centrada en la persona, no en la flor). En su sistema, la simplicidad es la clave para alcanzar una comprensión profunda. Nos encontramos con interpretaciones poéticas, mitológicas o intelectuales que, aunque pueden sonar atractivas, no siempre reflejan la verdadera esencia de las flores de Bach. Corresponden a otros enfoques filosóficos que partiendo de postulados interpretativos llevan a sistemas que también pueden tener su validez y utilidad. Lo interpretativo tiene, sin duda, un valor útil para orientarnos en el proceso terapéutico, pero a menudo se corre el riesgo de presentarlo como verdades absolutas o certezas, lo cual puede distorsionar el enfoque. En contraste, el modelo propuesto por Bach es profundamente comprensivo, invitando a una aproximación libre de juicios y categorizaciones psicológicas, donde lo esencial es reconocer y acompañar al ser humano en su totalidad sin imponer interpretaciones externas.

Desde el Instituto nuestra propuesta es volver siempre a la fuente como una de las formas más válidas de aplicar el sistema para que su arte pase a las generaciones futuras en toda su pureza. El poder de este sistema radica en su pureza. El Dr. Bach no buscó crear una filosofía compleja, sino una herramienta de sanación clara y directa . . . . y lo logró. Por eso, cuando nos acercamos a las flores de Bach, recordemos que lo fundamental no está dentro de la cabeza de quien hace las interpretaciones, sino en la presencia comprensiva y en la conexión profunda con el consultante . . . con el que sufre. (según su compañera Nora Weeks, «Bach siempre se inspiró en Cristo, a quién consideraba su Maestro»).

Menos interpretación, más presencia. Menos análisis, más esencia.

A medida que vencemos prejuicios y logramos superarlos despojándonos de la necesidad de lo interpretativo complejo y buscamos la simplicidad de lo empático comprensivo, vamos internalizando que el verdadero poder de las flores de Bach radica en su capacidad para vibrar en Armonía Vital con lo más profundo del ser humano. No busquemos complicar lo que fue y está diseñado para ser simple. Regresemos siempre al corazón y alma de las flores, al corazón y alma del Dr. Bach y su Filosofía, con respeto, amor y humildad. Porque en su pureza está su poder.

Con amor,
Desde la mirada original del Dr. Bach.